jueves, 22 de mayo de 2008

Crimen y Castigo, de Fiodor Dostoievsky


Hay libros de los que a penar recuerdas el argumento, pero que sabes que te han marcado de por vida. Que nunca vas a volver a leer de la misma manera. Que tu percepción, y tu sentido de la vida y de la muerte, han quedado alterados por los siglos de los siglos (y amén?).

Este es, sin duda, uno de ellos. El otro día lo comentaba con mi hermano. No tengo perdón, cómo puedo no recordar el argumento?? Me llegan flashes sueltos... Una buhardilla, el asesinato de una mujer, un Raskolnikov al borde de la locura, y del suicidio, una prostituta buena por allí en medio, arrepentimiento, sentimiento de culpa, asfixia... Sensaciones, más que nada...

Pero, al fin y al cabo, qué importa más de una novela, lo que cuenta o la sensación que la historia, recordada u olvidada, deja en ti?? Me inclino por lo senundo, igual que una película, o un cuadro... La historia es anecdótica, la marca que imprime en tu espíritu, indeleble.

Crimen y Castigo es una obra maestra, porque aunque la olvides, nunca la olvidas. Y porque, mientras la lees, te envuelve, te abduce, y te seduce de tal manera que, durante los pocos días en que te sumerges en su lectura (aunque es larguísima, la lees en nada y menos), tienes la sensación de que tú eres raskolnikov, de que su mente es la tuya, así como su conciencia, de que su culpa pesa en tu ánimo y su locura en tu corazón.

Obra maestra de la novela psicológica, insuperable todavía a día de hoy.

viernes, 16 de mayo de 2008

El Molinero Aullador, de Paasilinna


Ser diferente no es malo. Aunque te digan lo contrario, una y otra vez. Formar parte de la masa, quizás, sea mucho más cómodo... Pero no tiene por qué ser lo correcto.

Ser diferento no es malo, pero siempre habrá quien te diga que sí.

El molinero aullador, como su propio nombre indica, aulla. Por las noches, y por el día. Cuando está triste y cuando está feliz. El molinero aullador es un muy buen tipo, pero ay, cometió un terrible e irreparable error: ser único, diferente, especial...

Pequeña gran elegía del autor finlandés a la peculiaridad, a la persona que luchar por ser como es, que se resiste a la masa, pese a las terribles consecuencias que su decisión, y su tozudería, puedan acarrearle... Que, siendo sinceros, son muchas y variadas... Entre ellas, la más terrible, verse privado de la libertad que a capa y espada defiende.

Héroe sin quererlo, como Cristo lo fue para los cristianos, o mis padres y mis hermanos para mí, se convierte en una especie de canto a la grandeza del hombre, por encima de la vileza de la sociedad. Amor, emoción, bravura y muchísima ternura son las señas de identidad de un libro encantadoramente encantador.

Sinopsis:
Gunnar Huttunen rechaza la normalidad, la mediocridad y la renuncia a los sueños. Cuando aparece en un pueblo de Laponia y decide poner en funcionamiento el viejo molino, los campesinos del lugar lo toman por un demente. Aunque, después, deberán rendirse a la evidencia del éxito de la empresa. Pero aquel extravagante individuo, capaz de encantar a los jóvenes del pueblo, revela un defecto que los hará reafirmarse en su primer diagnóstico: en los momentos de tristeza, Gunnar aúlla. Los campesinos lo encierran en un manicomio, pero nuestro héroe se batirá para defender su libertad. Con una original forma de casar sentido del humor y relato de aventuras, Paasilinna, un autor finlandés con millones de lectores en todo el mundo, sabe dar vida a la naturaleza, narrar con delicado amor, enmascarar su sátira corrosiva a la dificultad de distinguir entre quienes están enfermos y los «normales».

martes, 13 de mayo de 2008

Un Trabajo Muy Sucio, by Christopher Moore


Si hay un libro con el que sacarle la lengua a la vida y, sobre todo, a la muerte... Es este!!

Un Trabajo Muy Sucio tiene lugar en San Francisco. Es una novela, pero bien podría ser un cómic. Cuando la estás leyendo tienes la sensación de que, en cualquier momento, te vas a encontrar con viñetas a tinta negra. Tan negra como el humor corrosivo e irónico que emana el libro.

Moore le juega un pulso a los tópicos y las tonterías que siempre nos han metido en la cabeza sobre la muerte, el mundo de las tinieblas y toda esa tiña pseudo-católica, sin otro fin aparente que el de acojonarnos en esta vida para pasar a una mejor... Claaaroooo... No vivas esta, cariño, que luego te espera una más bonita. Engañabobos. Venga, hombre, comamos, bebamos, riamos, follemos, bailemos y todos lo que nos venga en gana hoy, no vaya a ser que mañana nos encontremos con nuestra alma atrapada en un cd de Juanes, de Enrique Iglesias o de Ricky Martin y ya sea demasiado tarde para lamentarse (esto es cosecha propia, claro)...

Pero Moore no sólo se ríe de la muerte (encarnada aquí por un macho beta perdedor, un vendedor de discos negro vestido de color flúor y más alto que pau gassol, una jarecristnas con vocación hacia el collage animal, al más puro estilo del fotógrafo catalán Joan Fontcuberta, y una bebita encantadora), sino del mundo en general...

El prota está a punto de morir mientras una harpía de las alcantarillas, más mala que el queso roquefort, le hace la paja de su vida; su hija mata animales al mismo ritmo que él alcanza a comprarlos, e incluso personas, con sólo señalarlas y pronunciar la palabra mágica... "gatito"; la policía es más inútil que un abrelata para zurdos en el cajón de la cocina de un diestro; el único personaje que disfrutaría siendo la muerte tiene que conformarse con aliviar a viejos verdes cabalgando sobre ellos; las comparaciones entre machos alfa y beta son de antología... sobre todo aquella en la que el prota comenta que, básicamente, lo que los machos beta hacen para perpetuar la especie es follarse a las viudas de los machos alfa que, mucho más bravos, valientes y bien plantados que ellos, han ido a la guerra para salvar el mundo; el único cuerdo de todo el libro es un mendigo chalado que malvive en los arrabales de la ciudad; y los animales que se carga la pequeña sophie desaparecen misteriosamente en la cocina de la vecina japo q la cuida...

En fin, que reírte, te ríes un rato. Ten cuidado, eso sí, con tus vecinos de silla en el metro, pq a veces, te miran raro cuando sueltas una de tus carcajadas mientras lees... jajajaja

domingo, 11 de mayo de 2008

El Diario de Bridget Jones, by Helen Fielding


Últimamente, cuando me pongo a pensar en libros, me vienen a la mente los más tristes. No es extraño. Mi estado de ánimo, aunq bueno en general, tampoco es para tirar cohetes. Que una relación de casi tres años se vaya al traste, por fuerte que sea una, y equilibrada que pueda estar, no es para tirar cohetes. Que desde enero, hasta el día de hoy, me haya quedado sin trabajo y sin novio es, cuanto menos, difícil de digerir. Pero, como dice ladebo, que es mu listísima, y mi hermano, si ha pasado, es pq seguramente lo necesitaba, pq una renovación de vez en cuando es más que imprescindible y pq, obviamente, como estaba, no estaba bien.

En fin, que al mal tiempo, buena cara, a las penas, alegría, y al tequila, mucha sal. Que sale el sol por Antequera, y las penas, penas son, como decía el maestro. Y que si hay que llorar, que sea por cosas realmente importantes, de esas que uno no controla, de las que no hay vuelta atrás, de las que la pérdida resulta definitiva y devastadora. Que también hay libros con los que reírse, coño.

Y hoy me voy a poner superficial, que de vez en cuando no hace daño, y os voy a hablar de El Diario de Bridget Jones. Me lo leí hace mucho tiempo, unos seis años ya, durante mi estancia en Belfast. Al principio me costó mucho encontrar trabajo, pero cuando lo hice, fue un chollo. Trabajé durante algo más de dos meses en la cocina de la sección geriátrica del Royal Victoria Hospital, en una de las zonas católicas de la ciudad. Buen sueldo, compañeros de trabajo muy majetes (sobre todo Michael, con el que me reía lo más grande y con quien compartí muchos ratos de buena música y mejor conversación), y un curro de lo más relajado. Entre rato muerto y rato muerto (digamos, entre que servíamos la comida a las 16h y bajaban los platos sucios sobre las 17.30h), y mientras engrosaba el ya de por sí considerable tamaño de mi trasero, en especial en aquellos días, me leí varios books, ente ellos, este.

Bridget es divertida. Neurótica, insoportable, superficial, tonta, inaguantable, loca y, sobre todo, divertida. Bridget era un poco yo. Siempre enamorada de tipos guapos e imposibles. Siempre preocupada con su peso. Siempre a dieta, pero nunca a dieta en realidad. Siempre rodeada de buenos amigos. Pero Bridget también era un poco mi antítesis. Bridget se tira a la piscina, aunque se salga toda el agua. Bridget no tiene miedo al ridículo, ni al fracaso. Bridget se ríe de la vida.

No sé, es un libro que recomendaría para cualquier mujer que esté baja de moral, pq consigue hacerte reír, y hacer que te des cuenta de lo tonta que puedes llegar a ser, y de lo equivocada que puede llegar a ser tu percepción en ciertos momentos. Te hace pensar, si es lo q necesitas, u olvidar, si es lo que buscas. Te hace evadirte, y reír mucho, y eso es bueno, al menos, de vez en cuando.

Hoy me ha quedado una entrada más personal de lo que suele ser habitual. Espero se me perdone... Y sino, pues nada, oye, vosotros os lo perdéis!! Sean felises...

viernes, 9 de mayo de 2008

El libro de Borja

Yo aprendí a leer con este libro, aunque con otra edición muchísimo más bonita, de los 80, amarilla y con pequeños Pancetes vestidos con un mono rojo de cuadritos estampados por la cubierta...

El Libro de Borja y Pancete, su osito. Entonces yo pensaba que el nombre de Borja molaba. Qué cosas...

Recuerdo que unos vecinos tuvieron un hijo por aquél entonces y lo llamaron Borja. Cuando oí a mis hermanos cachondeándose, y comentando lo pijales q eran Paqui y Claudio (los vecinos, claro) por ponerle ese nombre a su hijo, no entendía nada. Para mí era genial, como el prota de mi libro. Jejeje. Qué de recuerdos, oye!!

No sé con qué se aprende a leer ahora en el cole, pero este libro de texto es el mejor que he tenido en todos mis años de escolarización. Hacía volar mi imaginación, y hacía que me entrasen ganas de leer locas. Me encantaba.

Borja y Pancete se iban de excursión en un tren hecho de sillas en el comedor de casa, y le compraban golosinas a Baldomero, en el cole. Y se apoyaban mútuamente cuando había tormenta y tenían miedo. Eran una especie de Calvin & Hobbes, pero menos quinquis, menos irónicos, y muchísimo más políticamente correctos. Jejeje.

En fin, que estoy yo melancólica últimamente... Sino, de qué me vengo yo a acordar de este libro a estas alturas??

miércoles, 7 de mayo de 2008

Bella del Señor, by Albert Cohen


Hay novelas que cambian el rumbo de la historia de la literatura. El Quijote. El Ulises. La Montaña Mágica... Vamos, eso dicen, pq debo confesar que yo no me he leído ninguna de ellas... Perezosa que es una, y demasiada oferta en el mercado. ¡¡No doy abasto!!

Bella del Señor, otra recomendación de mi inestimable hermano V., es una de ellas. Uno de esos libros que, después de haberlo leído, sabes que ha cambiado tu visión del mundo, de la sociedad, de los sentimientos, e incluso de la historia, de una manera definitiva.

La historia de "amor" de una acaudalada, y aburridísima, señorita en la encorsetada sociedad de la Ginebra de entreguerras, con un asistente de su acaudalado y aburridísimo marido, da lugar a uno de los más feroces retratos del amor en decadencia y la sociedad como un lobo en estado de descomposición.

La irónica, obsesiva, y desternillante historia de amor, pone de manifiesto la bajeza, maldad, cobardía y egoísmo de TODOS los protagonistas, de todos los personajes... Incluídas Ginebra y el pueblo en el que se refugia Arianne. Personas y sociedad se retroalimentan de las pasiones y acciones más bajas que el ser humano puede recordar. Porque el amor ya no es amor, la bondad ha desaparecido, y la codicia y el resentimiento florecen cual las guerras a su alrededor. Porque el dinero y las perlas no hacen la felicidad, aunque uno así tienda a pensarlo.

En cuanto a la narración. El ritmo es perfecto, hasta cuando se hace insoportable y soporífero, pq acompaña a la historia, sigue exactamente sus latidos, su devenir. Cuando ya no podemos más con la lectura, nos damos cuenta de que ya no podemos más con los personajes, con lo que hacen, con su bajeza moral e, incluso, humana... Cuando ya no hay salida, Cohen nos da un respiro, y el libro finaliza.

Obra maestra. Que lo sepáis...

Pd: he leído en algún lado que Leonor Watling protagonizará la adaptación de esta novela... pero no estoy segura, vamos!!