Acabo de llegar a casa y no tengo sueño. Me pasa mucho últimamente. Pienso demasiado, quizás.
Y pensando, pensando, me ha venido a la cabeza, mientras iba hacia el metro en maragall, después de disfrutar de 4 capítulos de alias, que me viene apeteciendo mucho leer algo de Virginia Woolf. Tan sólo he disfrutado de una de sus novelas, y me fascinó. También lo hizo Bloomsbury, el barrio en el que vivía en Londres, que visité hace unos meses con mi hermano, y donde degusté unas de las mejores mashed potatos que he probado en la vida, pero esa ya es harina de otro costal.
Mrs Dalloway es una de las mejores novelas que he leído en toda mi vida, y no exagero. Desde la primera frase, la ya mítica 'La señora Dalloway dijo que ella misma compraría las flores', hasta el trágico final, el nivel de la lectura no decae en ningún momento.
De los pensamientos más íntimos de Clarissa a la sociedad que la rodea. De lo inconveniente de sus pensamientos y sentimientos a la hipocresía inglesa del periodo de entreguerras. Del feminismo más novedoso a las tradiciones más recalcitrantes. De los sentimientos más puros y lésbicos a los formalismos más alarmantes y asfixiantes. Del amor a la locura; de la cordura al sufrimiento; de la fantasía a la realidad; de la vida a la muerte. La muerte como única forma de liberación en una sociedad opresora y castrante que no es capaz de aceptar al diferente.
La manera en que Woolf pasa de lo íntimo a lo público, de la Clarissa real (la que sólo ella, y nosotros lectores, conoce) a la que ven su coetáneos, de su cabeza a su apariencia, es increíble. Pocos escritores han conseguido este doble nivel de narración con la maestría de la autora inglesa, y eso convierte a este libro en una obra indispensable en la biblioteca de cualquier persona que ame la literatura en estado puro. O, al menos, eso creo yo, una vulgar lectora...
Y ahora que lo pienso... Hemos cambiado tanto, y tan poco, en todos estos años...
Y pensando, pensando, me ha venido a la cabeza, mientras iba hacia el metro en maragall, después de disfrutar de 4 capítulos de alias, que me viene apeteciendo mucho leer algo de Virginia Woolf. Tan sólo he disfrutado de una de sus novelas, y me fascinó. También lo hizo Bloomsbury, el barrio en el que vivía en Londres, que visité hace unos meses con mi hermano, y donde degusté unas de las mejores mashed potatos que he probado en la vida, pero esa ya es harina de otro costal.
Mrs Dalloway es una de las mejores novelas que he leído en toda mi vida, y no exagero. Desde la primera frase, la ya mítica 'La señora Dalloway dijo que ella misma compraría las flores', hasta el trágico final, el nivel de la lectura no decae en ningún momento.
De los pensamientos más íntimos de Clarissa a la sociedad que la rodea. De lo inconveniente de sus pensamientos y sentimientos a la hipocresía inglesa del periodo de entreguerras. Del feminismo más novedoso a las tradiciones más recalcitrantes. De los sentimientos más puros y lésbicos a los formalismos más alarmantes y asfixiantes. Del amor a la locura; de la cordura al sufrimiento; de la fantasía a la realidad; de la vida a la muerte. La muerte como única forma de liberación en una sociedad opresora y castrante que no es capaz de aceptar al diferente.
La manera en que Woolf pasa de lo íntimo a lo público, de la Clarissa real (la que sólo ella, y nosotros lectores, conoce) a la que ven su coetáneos, de su cabeza a su apariencia, es increíble. Pocos escritores han conseguido este doble nivel de narración con la maestría de la autora inglesa, y eso convierte a este libro en una obra indispensable en la biblioteca de cualquier persona que ame la literatura en estado puro. O, al menos, eso creo yo, una vulgar lectora...
Y ahora que lo pienso... Hemos cambiado tanto, y tan poco, en todos estos años...